Es por todos sabido la eterna (desde que se diseñó la Arial) rivalidad que existe entre estas dos familias tipográficas. Estamos hartos de leer por aquí y allá que si la Helvetica mola más, que si la Arial es un plagio, y también escuchamos muchos que dicen algo como “pues yo no las distingo”. Todo vale, dicen, pero en este blog, como cualquiera que se precie en lo que a tipografía concierne, vamos a dedicar un espacio a hablar de esta pareja de tipos, que tanto se odian y se quieren. Dedicaremos un artículo a cada una de estas tipografías, pero consideramos interesante comenzar a abordarlas individualmente para luego ver qué las une y las separa.
¿Qué decir que no se haya dicho ya de la Helvetica? Ya nos centraremos en otro momento, hoy sólo diremos que esta tipografía suiza nacida en los cincuenta es una de las más utilizadas en todo el mundo, sobretodo en señales públicas, por ser un tipo funcional y sin un carácter muy marcado (pese a que hoy en día nos encontremos con que es uno de los más famosos). Aunque, ¿desgraciadamente?, en la mayoría de ocasiones la mona se nos viste de seda, y se utiliza Arial por Helvetica.

Helvetica (trazo cian) y Arial (trazo magenta)
La Arial es muy parecida a la Helvetica, como podemos ver, entonces ¿por qué? Pues aquí aparece el bueno de Bill Gates y nos dice que Microsoft tuvo que crearla para competir con la casa Adobe, quien compró los derechos de la Helvetica a la fundición Linotype. Aunque hay que decir que antes lo había hecho la fundición Monotype.
Las características más diferenciadoras de estas tipografías los encontramos en la “a”, en el rabillo de la Helvetica en lugar del trazo finalizador de la Arial. También la “R”, con su pierna recta u ondulada, nos ayuda a distinguirlas. El rabillo de la “G” de la Helvetica también se omite en la Arial. Vemos que la “c”, la “t” o la “e” se distinguen en que la Helvetica finaliza sus trazos con rectas, en lugar de los ángulos de la Arial.
Estas diferencias las hacen ser diferentes aunque a primera vista parezcan iguales. Sé que diciendo esto los puristas de la tipografía se echarán las manos a la cabeza ¡¿cómo van a ser iguales?! Pero estos puristas quizás no aprecian la calidad del plagio, que ha llegado a dotar de más difusión a la copia que al original. También decir, y nunca lo olvidemos, que la Helvetica tiene una mamá, muy parecida a ella, llamada Akzidenz Grotesk.
Ya para acabar, sólo decir: ¡Cuidado que no te den Arial por Helvetica!
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Gracias a los lectores del blog, deseo encarecidamente que mis humildes conocimientos puedan ayudar en algo a entender un poco más las formas y caracteres de cada letra…
Gracias por este interesante blog
¡Gracias a ti por leer! ¡Estos comentarios animan a no parar!
Interesante artículo, gracias!