Como tercer artículo dedicado al espaciado, hoy os presentamos, si es que alguien todavía no le conoce, al Tracking. Así denominamos al interletraje, al espacio entre caracteres, al blanco que acompaña al de la tipografía para que cada línea tenga su forma única. El tracking puede enriquecer o entorpecer el mensaje y a su vez la estética del cuerpo del texto. ¿Cuántas veces hemos visto una palabra aislada, náufraga, en medio de un párrafo justificado? Esto se puede solucionar con el tracking.
Para comprobar si nuestro párrafo tiene un tracking “normal” nada mejor que mirarlo. Si el texto es más o menos una masa gris, sin áreas claras u oscuras, podemos considerar que nuestro tracking es aceptable. No debemos olvidar que las letras, los caracteres, no dejan de ser juegos de blancos y negros, de lleno y vacío. El espaciado entre ellas aumenta y reduce a su vez estos blancos y negros. Así creamos un ritmo de lectura cómodo para el lector.

Adobe Caslon Pro, 80 pt, tracking +50 y -50
Creemos necesario conocer la regla para así poder romperla adecuadamente cuando nos sea preciso. Y en el caso del tracking, esta regla se divide en unas cuantas. Por un lado tenemos que las letras mayúsculas necesitan más espaciado que las minúsculas. También que las negritas, y las condensadas, se ven favorecidas por un tracking negativo. Asimismo, vemos como al menor cuerpo de letra le corresponde un mayor interletraje. Podríamos decir que a mayor contraforma (parte vacía de la letra), mayor espaciado.

Vladimir Script, 35pt, tracking automático y +75

Univers Linotype Std, 30 pt
Otras curiosidades: cuando escribimos en negativo (fondo oscuro y letra clara), se recomienda aumentar el tracking. También tengamos en cuenta si nuestro texto se imprimirá, puesto que un tracking demasiado estrecho puede producir corrimiento de la tinta. Pero debemos tener cuidado. Hay tipografías, sobre todo las script que no aceptan un espaciado demasiado amplio.
Antes de ponernos a jugar con el tracking, recordemos que cada tipógrafo ha diseñado tu tipografía con un tracking que consideró óptimo al crearla. Pero en ocasiones no conseguiremos adecuar el espaciado simplemente con el tracking, sobre todo al utilizar palabras a tamaños muy grandes. En estas ocasiones recurriremos a nuestro ya amigo kerning, puesto que, como sabemos, algunas letras son más ligeras que otras.